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Cantabria- embalse del Ebro y parque natural de Saja-Besaya

Cantabria- embalse del Ebro y  parque natural de Saja-Besaya

Aprovechando los largos días que nos brinda esta estación, tras un día de trabajo he decidido colgarme las monturas y comenzar a rutear esta provincia cántabra, en tantos aspectos similar a mi lugar de procedencia.

 Tras salir de Cartes-Torrelavega, atajo por La Montaña para bajar a Puente Viesgo, donde tomo la N-623 dirección Burgos. A pesar de ser una nacional, el tráfico es bastante ligerito, apenas se ven camiones y el asfalto es bueno. El porqué del poco tráfico lo entiendo según avanzo y subimos al puerto del Escudo (1011m)... para la moto es una carretera estupenda (no creo que los camioneros opinen igual, claro está). El día anda un poco nublado... y hace un frío que me obliga a enchufar la calefacción de los puños (menudo invento... !! aun estoy alucinando).

Nada más bajar este puerto, me meto en la CA-111 que bordea el Embalse del Ebro hasta llegar a Reinosa. Aquí (en Fontibre) es donde nace el río Ebro. Esta carretera nada tiene que ver con la anterior. Es una llanura muy recta en la que tranquilamente podemos ir divisando la grandiosidad del embalse.

Una vez que pasamos Reinosa nos adentramos en el parque natural de Saja-Besaya, haciendo referencia a los dos ríos que delimitan este inmenso parque (el Saja por el W y el Besaya por el E).

En Espinilla hay un cruce al que luego tendré que volver, pero teniendo enfrente semejantes vistas y carretera... decido continuar hacia Alto Campoó y el mirador en el que acaba la carretera. Total... ya puestos, 30km  más o menos...  Alto Campoó, estación de esquí en invierno, paraíso terrenal en verano. Un mar de nubes cubre la panorámica de los picos de Europa hacia el oeste, la excusa perfecta para tener que volver un día despejado en el que la bruma no me persiga por la carretera.

Volviendo al cruce de Espinilla, cojo la CA-280 hasta Cabezon de la Sal. A pesar de la niebla que está estanca en los valles, es indescriptible la majestuosidad de este parque y la soledad de esta carretera. Al margen de las vacas que me tocó sortear, me topé de frente con un zorro. No sé quien se extrañó más: si él o yo.

Justo antes de llegar a Saja, merece la pena desviarse al este, son 8 km para llegar a Barcena Mayor, un pueblito en el que se acaba la carretera y que se conserva en perfecto estado (casas, calles...)

Una vez en Cabezón, opté por bajar a Cartes pasando por Ibio, carretera que ya conocía de antes, pero que le da mil vueltas a las alternativas de ir por la A-8 o por la nacional. En Herrera de Ibio hay una posada de la que me han hablado maravillas, para dormir y para comer, pero... el tiempo no me da para tanto.

 En total: aproximadamente 200km realizados en 3 horas.

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